Huída de la Oscuridad | Samuel+Juan Rico | Capítulo 2 Turno 2 – DM

Hola, estás leyendo el turno del Dungeon Master. El texto nuevo está en verde y lo que se haya borrado respecto al turno anterior lo verás tachado y en rojo.  


Lobo solitario mira al pie del árbol y por la zona a ver si encuentra huellas de enemigos. En principio le parece buena idea subir al árbol a ver si nos orientamos para llegar a la capital. Si no encuentra huellas probará a tirar alguna piedra o piedrecita para ver si se asoma alguien o sale alguien antes de subir.

Banedon, nuevamente mira su colgante para asegurarse de que no existe ninguna criatura del mal cerca. Y le parece buena idea ver el horizonte desde lo alto de la casa árbol para poder tener una idea de por dónde afrontar la siguiente etapa del camino y a la vez descansar un poco.

Nada de lo que hacéis os muestra peligro inmediato. De hecho, al lanzar Lobo Solitario el guijarro hacia la casa, sí que se ve movimiento. Se ve asomar una calva que enseguida emite un grito ahogado y se vuelve a esconder.

Trepáis a ese árbol con facilidad. De hecho, a Banedon le recuerda los muchos árboles a los que trepaba y exploraba de niño en las cercanías de Toran cuando quería arrancar fruta o contemplar desde lo alto el bello paisaje de Sommerlund.

Lobo Solitario empuja la puerta de la casita y la abre. En un rincón de la pequeña cabaña está acurrucado un viejo ermitaño. Su rostro muestra un gesto de gran alivio cuando reconoce su verde capa del Kai. 

-¡Alabados sean Kai e Ishir! -os dice entre sollozos- Si aún quedan señores del Kai aún queda esperanza.

También os cuenta que toda aquella zona está infestada de giaks y que ha podido contar más de cuarenta kraans que han pasado volando sobre su cabaña en las últimas tres horas. Esas bestias, después de dar vueltas cual funestos buitres sobre este claro, finalmente marchaban siempre hacia el este.

El anciano se acerca a un aparador y vuelve con una bandeja llena de fruta fresca.

-Tomad -os ofrece-. Vosotros necesitáis esta comida mucho más que yo.

Antes de bajar, aprovecháis la elevación de la casa para observar los alrededores. Cierto es que lejos hacia el este se ven a los kraans, como aves en la lejanía. Pero también véis bandadas de pájaros alzando el vuelo de forma muy sospechosa indicando que por el oeste ha enemigos en tierra. La única vía mínimamente segura que véis es hacia el sudeste, hacia una gran colina.

Le dais las gracias al anciano y bajáis con cuidado del árbol para proseguir la misión.

Camináis penosamente por el bosque durante casi dos horas, hasta que os asalta el temor de haberos perdido. Aparte del graznido lejano y ocasional de algún kraan, no has visto ni oído ninguna otra señal que delate la presencia de enemigos en esa parte del bosque. Al descender de un rocoso promontorio divisáis algo insólito en la enmarañada espesura.

Rodeada de zarzas espinosas y apretadas raíces, veis la entrada de un túnel que desaparece en el interior de la ladera. La boca tiene aproximadamente siete pies de altura y algo más de diez pies de anchura. Al acercarte a ella notas una leve brisa que proviene del negro fondo. Si el otro extremo del túnel tiene salida por la ladera contraria de la colina os ahorraría muchas horas de difícil ascenso, pues no hay otra alternativa que no sea subir la colina. Pero también podría encubrir peligros desconocidos.

== DM==

Tenéis dos alternativas:

  1. Subir la colina
  2. Pasar por el túnel

<Respuesta Compañía?>

== /DM==


Y, de momento, aquí nos quedamos. Si te ha gustado este turno, puedes leer el resto en los enlaces de más abajo o incluso leerte el resultado final en nuestro GoogleDoc: http://bit.ly/SMORPG-LS-2

Me despido con el profundo reconocimiento al autor original de estos libros (Joe Dever) y a las buenas gentes que recopilan su obra: Project AON. Para más detalles sobre la autoría de estos contenidos, clica aquí.

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